Fortaleza del periodismo, y las “fake news” escribe Julio César Silva, desde el Palco
Facebook se ha convertido a nivel mundial en el principal –incluso a veces única- fuente de información para gran parte de la población.
En México hay más de 70 millones de cuentas activas en esa red social y en Quintana Roo ronda el millón de perfiles personales.
Tan solo durante el proceso electoral del año pasado en Estado Unidos Facebook reconoció que por lo menos 126 millones de estadounidenses estuvieron expuestos a fake news procedentes de Rusia, que influyeron para que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales.
El miércoles una buena cantidad de quintanarroenses estuvieron expuestos a la falsa noticia de que en las playas de Cancún fueron desenterrados medio centenar de cadáveres de personas asesinadas por el crimen organizado.
El gobierno de Carlos Joaquín González reaccionó de forma rápida para neutralizar esa información falsa que solo buscaba desestabilizar a la principal región turística de América Latina, en la que ciertamente se viven momentos difíciles por el enfrentamiento que protagonizan bandas criminales que luchan por el control de la zona.
Pero, pese a las voces que aseguran lo contrario, no puede hablarse de que la población que se dedica a actividades honestas esté en riesgo y muchos menos los lugares donde los turistas realizan sus actividades.
Sin embargo, el mal uso de las redes sociales, la distribución de noticias falsas a través de esas plataformas se ha convertido en una obsesión mundial por lo menos en los últimos años, porque evidentemente han influido de manera determinante en la vida de millones de personas.
Antes de que ese tipo de noticias influyeran en las elecciones de Estados Unidos, lo hicieron en el Reino Unido, donde las noticias falsas ayudaron a que los partidarios del Brexit vencieran en el referéndum que definió su salida de la Comunidad Económica Europea.
Ante los riesgos que representan ese tipo de acciones en la gobernabilidad, hace dos días el gobierno español anunció dos iniciativas que tienen que ver con la desinformación, los medios y las redes sociales.
En España hay fundado temor de que las noticias falsas influyan en el proceso electoral de Cataluña.
Una de las medidas que anunció el gobierno español es la de crear una comisión compuesta por funcionarios y periodistas para estudiar las noticias falsas y la otra, mucho más difícil de concretar, pretende acabar con el anonimato en las redes sociales, que propicia un espacio de impunidad a quienes las usan para amenazar o insultar.
Si bien es cierto que las noticias falsas siempre han existido en la historia de la humanidad, se fortalecieron cuando el internet eliminó las barreras entre los emisores de la información y los receptores.
Antes, las fake news tenían que saltar el muro del periodismo para llegar a los ciudadanos, pero ahora llegan directamente a la opinión pública.
Por eso, cuando la desinformación es todo un entramado que busca desestabilizar, uno de los mejores caminos para desenmascararla es fortalecer el periodismo.
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