Hoy concluye en la ciudad de México la quinta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyo futuro está envuelto en la incertidumbre por las polémicas posturas que ha adoptado en torno al tema el gobierno de Estados Unidos que encabeza Donald Trump.
El sector privado de Quintana Roo no es ajeno a esa incertidumbre, pues en el corazón de la Riviera Maya hay una multinacional que lleva más de 30 años invirtiendo a través de su filian mexicana Calizas Industriales del Carmen (Calica), Vulcan Materials Company.
De hecho, en Punta Venado se ha construido la mayor infraestructura portuaria del Caribe mexicano con dos dársenas capaces de recibir embarcaciones de gran tamaño. Incluso, en alguna ocasión recibió gigantescos cruceros.
Se trata de instalaciones dedicadas casi en su totalidad a las actividades que desarrolla la mencionada empresa, pero que cuenta con un enorme potencial para el estado que aún no es aprovechada por diversas circunstancias.
Sin embargo, su futuro está ligado a la suerte del TLCAN cuya continuidad pasa por aceptar las controversiales medidas que planteó la administración Trump durante la pasada ronda en Arlington, Virginia. Algunas de estas propuestas, tales como la cláusula de ocaso, que obligaría a renovar el acuerdo cada cinco años, nunca antes habían sido planteadas en un tratado comercial y son consideradas como inadmisibles por la parte mexicana.
Calica genera más de 400 empleos directos y dos mil indirectos entre proveedores y contratistas, por lo que representa la segunda fuente de empleo más grande de Quintana Roo, después de la industria turística.
La compañía produce 12 millones de toneladas anuales de materiales de construcción que transportan por mar y utilizan para edificar infraestructura, fábricas, casas, hospitales y escuelas en Estados Unidos y en México.
Sin embargo, las propuestas proteccionistas para modificar el TLCAN, así como la amenaza de Estados Unidos de eliminarlo, han encendido señales de alerta entre empresarios del sector automotriz, de ventas, agroindustrias e incluso en el área de la construcción.
Por ello, la empresa Vulcan Materials, así como otras compañías con operaciones en ambos lados de la frontera, están conformando coaliciones internacionales del sector privado para discutir sus intereses e influir sobre tomadores de decisiones, con el fin de garantizar la certidumbre de las inversiones y la continuidad del tratado.
Un ejemplo es el U.S.-Mexico CEO Dialogue, encabezado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, que el mes pasado reunió a altos directivos de las compañías binacionales en un esfuerzo por tomar acciones para mantener la competitividad regional, basada en gran medida sobre las cadenas logísticas y de valor creadas por el TLCAN.
Cada vez más actores juegan un papel en decisiones de política exterior que afectan el comercio. Ante la coyuntura, Vulcan Materials Company y CALICA, como otras representantes de la iniciativa privada, buscan tener voz en estos procesos de diálogo, pues del resultado de las renegociaciones depende el futuro de América del Norte como la región más competitiva del mundo y también proyectos de inversión a largo plazo como el de Punta Venado.
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