Aguascalientes abril de 2012.- Volaris programará dos vuelos por semana, con aeronaves con 141 pasajeros, rumbo al puerto internacional de Cancún.
Son dos los vuelos semanales directos que de inicio han sido presupuestados para cubrir el trayecto entre Aguascalientes y Cancún, Quintana Roo.
Este sábado, alrededor de las 14:25 horas, procedente de aquel destino, Yessica, un A319 aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Aguascalientes con más de un centenar de pasajeros.
Las sandalias y los pantalones cortos predominaban, cual momentánea usanza que se resiste al reemplazo. Las maletas de mano, quizá poco o nada contendrían para amortiguar un clima local más bien templado.
Algunas cámaras de la prensa salieron tras la ciudadanía finamente tostada por el sol, mientras los gestos de contento eran registrados por las lentes, de la nave aún escurrían algunas gotas de agua, pues a su llegada, como parte de un rito de iniciación, fue asaeteada por dos camiones de los bomberos de la terminal.
Si las cosas marchan bien, informó Carlos Ríos, jefe regional de la compañía aérea promotora, dentro de un trimestre el número de salidas rumbo al puerto podría incrementarse a tres cada siete días.
El corte de listón fue efectuado por Alejandro Ponce Larrinúa, encargado de despacho en la Secretaría de Turismo, y quien momentos más tarde se congratularía debido a que este proyecto atrae viajantes de la región: Zacatecas, San Luis Potosí.
Detrás de esta imagen estaba la de las infaltables sobrecargos, quienes incautaban las miradas de los próximos bañistas.
En un tercer plano, los carros de carga que incrustaban maletas en el fuselaje.
A las 14:40 horas se abrieron las puertas de la sala de espera, y 141 personas desfilaron hacia su puerta al paraíso (cuya llave son 2 mil pesos). La hilera, enmarcada y orientada por varias empleadas del aeropuerto estaba compuesta por una mayoría de adultos jóvenes; si acaso un par de niños de brazos montaría el Airbus.
A las horas comenzaron a movilizarse los carros de bomberos y el camión de turbosina. Todo aparejo era alejado del avión, pues se acercaba la hora del despegue.
El piloto cerró la escotilla; abrió la ventanilla de su cabina para saludar y, con la ayuda de un remolque, de reversa guió la nave.
Personal de pista, con sus banderillas anaranjadas, tomaba posición. Primero vinieron señalamientos hacia los laterales, lentos como lento había sido el abordaje. Después llegó el momento esperado por los de abordo, pues cuando el hombre levantó los tubos hasta ponerlos sobre sus hombros, el primer vuelo sin escalas de Aguascalientes a Cancún estaba ya tomando forma.