Por Luciano Núñez
Si hay algo que el Tío Dardo condena sin cortapisas en el fútbol, esos son los violentos. “Los barras bravas que manchan la pelota”, parafraseando a Maradona. A raíz del triste episodio que violentó al doctor José Luis Pech en un evento de AMLO, lo peor de lo peor vuelve a presentarse en la política quintanarroese como si fuese algo inocente.
Primero, el gobierno anfitrión de un candidato presidencial debería ser el primero en detectar quién fue el violento que lanzó un proyectil (un huevo) contra un hombre que, podrá tener ideas y posturas con las que no coincidamos, pero no se merece ningún tipo de agresión. Incluso, cuando él mismo se ha resistido a la inclusión de “Borgistas” y “Felixistas” entre los candidatos de MORENA, donde pululan los aliados de los ex gobernadores involucrados en saqueos diversos y agresiones varias, sobre todo, en el “quinquenio perdido”. Ahí están Maribel Villegas, beneficiada con una notaría durante el gobierno de Borge; y Greg Sánchez, que dividió el voto en Benito Juárez para beneficiar que ganara el Partido Verde en Cancún, donde actualmente es regidor.
La escena violenta pasó a formar parte lamentablemente de las mofas y burlas de detractores del dirigente de MORENA en el estado; y por lo contario, lo esperado sería una condena unánime de todos los partidos políticos que se enfrentarán al mismo escenario; o, ¿acaso no hay quienes se merecen la reprobación con algo más que huevos?: seguramente sí. Pero hemos asistido a un retroceso político a las formas violentas, ¿habrá este violento despertado el peor de los demonios que puede asolar a Quintana Roo? Ojalá que no, y esperamos que el responsable de este condenable episodio sea identificado y responda por lo que hizo: darle un triste final al año 2017 y enrarecer el arranque de un año decisivo para el destino del estado.
Huevos se necesitan para otra cosa señor lanza huevos; primero, dar la cara y no ocultarse en el anonimato; segundo, ponerlos sobre la mesa y discutir ideas, no intentar ganar a través de la agresión.
Si bien es cierto el clima interno en MORENA se ha visto enrarecido y está al rojo vivo por el “dedazo” de López Obrador, que volvió a hacer lo que critica en Quintana Roo: imponer a los candidatos más reprobados por los morenistas de hueso colorado; el doctor Pech no se merecía esta bajeza; porque podremos pensar diferente, podrá no ser sujeto de devoción, pero lo seguro es que no merece esta acción tan cobarde, tan rastrera y condenable.
(*) Es life coach, técnico y licenciado en Comunicación Social, con postgrado en Opinión Pública por FLACSO y diplomados en La Salle Cancún. Trabajó en El Siglo de Tucumán, Argentina; agencia EFE México, Luces del Siglo y Periódico Quequi. Fue director de Comunicación Social en Benito Juárez, Cancún.
Co-Fundador de Revista Dos Puntos y director general de Grupo Pirámide.