Recuerdo cuando niño, a la hora del recreo escolar solíamos correr por los patios de la escuela, teníamos actividades con juegos que implicaban esfuerzo físico y entrábamos casi siempre sudados al salón de clases.
Así mismo, en las reuniones sociales era fácil interactuar con otros niños y adolescentes desconocidos, platicar, jugar o integrarse a la fiesta.
En la actualidad el panorama ha cambiado.
En las escuelas secundarias y en algunas primarias, en sus momentos de descanso, los alumnos están con sus celulares o tabletas. Esta misma situación se puede observar en restaurantes, reuniones o fiestas, donde incluso los niños pequeños tienen este comportamiento.
El celular y la tableta tienen una magia absorbente y adictiva que no permite a los niños despegar la mirada de la pantalla.
En casos que considero más graves los percibo en mi trabajo, pues durante mi consulta he observado que los padres entregan a sus hijos pequeños (algunos ni caminan) su celular para que se mantengan entretenidos y poder de esta manera continuar con su consulta sin interrupciones.
También conozco muchos casos de niños que se sientan a comer con el celular o tableta enfrente de ellos, sin despegar la mirada de la pantalla, como hipnotizados a grado tal que ni siquiera son capaces de meter la cuchara dentro de la boca en el primer intento.
Y la importancia de abordar este tema estriba en las alteraciones que los niños pueden sufrir por el uso y abuso de las pantallas, alteraciones que en muchas ocasiones pasan inadvertidas para los papás.
A continuación, describiré de forma breva algunas de las alteraciones más comunes. Usaré en este texto la palabra PANTALLA para hacer mención de todos los aparatos electrónicos que cuentan con ella
Alteraciones Visuales
Estas se presentan cuando existe un uso prolongado o excesivo de las pantallas de los diferentes aparatos electrónicos.
Ente ellos encontramos el estrabismo (intermitente o fijo) el cual consiste en la desviación del ojo (o de ambos) en la mirada (bizco).
De igual manera, la ametropía (disminución de la agudeza visual), astigmatismo, presbicia o alteraciones de la retina, se pueden presentar con el uso prolongado de las pantallas.
Alteraciones Neurológicas
Se han descrito convulsiones, cefaleas (dolor de cabeza), falta de concentración o deterioro de las neuronas. De igual manera, en la edad adulta, favorecen la aparición de Alzheimer y demencias.
Sobrepeso y obesidad
El permanecer mucho tiempo sentado o incluso acostado, provoca un sedentarismo que no permite la quema de calorías necesarias que proporciona el ejercicio, y que en consecuencia, favorece el incremento de peso. Así mismo, el estar frente a pantallas, provoca que el paciente esté con antojos, de los cuales, la mayoría de las veces pueden ser alimentos chatarra.
Auditivas
Es muy común que los niños y demás usuarios, utilicen audífonos para escuchar mejor sus aparatos electrónicos. Con el avance de la tecnología, estos auxiliares auditivos electrónicos, han aumentado la calidad y volumen del sonido, lo que expone a los oídos a altos decibeles de disminuyen, con el paso del tiempo, la capacidad auditiva por hipoacusia o trauma acústico.
Así mismo, existe un daño al oído interno que puede provocar tinnitus, una patología que se caracteriza por escuchar un ruido de tipo zumbido o como un gran concierto de grillos inmutables.
Trastornos del sueño
A los menores de dos años expuestos a dispositivos electrónicos les puede provocar hiperestimulación sensorial y la parte neurológica se ve afectada por lo que no duermen adecuadamente.
También, es común que los niños mayores vean su teléfono o pantallas a escondidas de sus padres hasta altas horas de la noche, lo que les disminuye el tiempo de sueño, el cual debe ser en los primeros dos años de vida, de 11 a 14 horas diarias; entre los 3 y los 5 años, de 10 a 13 horas; entre los 6 y los 12 años, de 9 a 12 horas diarias. Entre los 13 y los 18, de 8 a 10 horas.
Musculares y osteotendinosos
En las personas que usan por largos periodos las pantallas, se generan contracturas musculares de predominio en el cuello (columna cervical), hombros, muñecas y dedos de las manos.
Aislamiento social
El tiempo excesivo que los niños pasan en sus celulares puede disminuir las oportunidades de interacción social cara a cara afectando negativamente el desarrollo de sus habilidades sociales, como la empatía y la comprensión emocional, que son fundamentales para establecer relaciones saludables y satisfactorias a lo largo de la vida. Esto condiciona adolescentes y adultos con aislamiento social.
Y tengan por seguro, que existen más complicaciones y consecuencias por el uso de pantallas en niños.
Al final de cuentas, puedo concluir que dar pantallas a menores es un grave error que puede tener consecuencias. Mientras más pequeño es el niño, más riesgo tendrá de adquirir alguna de las condiciones de salud descritas o incluso, algunas otras que por falta de espacio no se describen.
Cuidemos la salud de nuestros niños.