Lecciones del elector, escribe Julio César Silva, desde El Palco
Las elecciones del domingo 1 de julio dejaron numerosas lecciones, algunas muy dolorosas, principalmente para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la coalición formada por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).
Sin embargo, en tres de las 11 elecciones municipales el triunfo fue para los candidatos de la alianza PRI-Partido Verde-Nueva Alianza y, curiosamente, esos tres lograron la reelección: Laura Lynn Fernández Piña, en Puerto Morelos, Juan Carrillo Soberanis, Isla Mujeres y Alexander Zetina Aguiluz, en Bacalar.
No fueron los únicos que buscaron la reelección, pero la mayoría de los ciudadanos rechazaron los intentos reeleccionistas de Paoly Perera Maldonado, en Felipe Carrillo Puerto, por la coalición PRI-PV-Panal; Perla Tun Chan, en Cozumel y Cristina Torres Gómez, en Solidaridad, ambas representando al PAN-PRD-MC.
Se trata de los primeros presidentes municipales que obtienen la reelección directa en Quintana Roo, incluida la primera mujer, gracias a la reforma aprobada en 2014 a los artículos 59, 115 y 116 de la Constitución, que prohibían la reelección desde 1933.
No hay que olvidar que en 2016 la buscaron, aunque no en forma inmediata, Trinidad García Argüelles, en Lázaro Cárdenas; Julián Ricalde Magaña y Gregorio Sánchez Martínez, en Benito Juárez; Alicia Ricalde Magaña, Isla Mujeres; Filiberto Martínez Méndez, Solidaridad y Domingo Flota Castillo, en José María Morelos. Ninguno consiguió el triunfo.
En esta ocasión participaron en el país 270 candidatos de 25 Estados en busca de la reelección como presidentes municipales. Alrededor de 100 fueron mujeres, pero únicamente 22 lograron el triunfo, incluida Laura Fernández, quien al obtener el refrendo de la confianza ciudadana mostró a propios y extraños que su trabajo cuenta con la aprobación de los portomorelenses.
Platea. La jornada electoral que se vivió en Quintana Roo fue ejemplar. Aunque siempre es difícil creerle a un gobernante cuando dice que no meterá las manos en una elección, en los hechos Carlos Joaquin cumplió y eso es relevante.
La sociedad se acostumbró a ver cómo los gobernantes interferían en los procesos electorales, para beneficiar a sus candidatos, por eso cayó en la incredulidad.
Pero Carlos Joaquin dejó que el proceso fluyera de manera natural, no le puso piedras a nadie y no metió las manos por nadie.
Privilegió el respeto a la legalidad y a las instituciones. Si queda duda de ello, hay que voltear a ver Solidaridad.
Luneta. Las elecciones dejan muchas lecturas, entre la que destaca la irrupción del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en los ayuntamientos de Quintana Roo y el retroceso de la coalición PAN-PRD-MC, que perdió los tres municipios que gobernaba: Othón P. Blanco, Cozumel y Solidaridad, aunque conquistó el triunfo en Felipe Carrillo Puerto y Tulum.
Morena, con sus tres triunfos, en Benito Juárez, Solidaridad y Othón P. Blanco, gobernará algo así como al 70 por ciento de los quintanarroenses, pero se lleva las joyas de la corona y el municipio capitalino, lo que da proyección nacional a sus triunfos y revela cierto desencanto de los candidatos del PAN-PRD-MC, quienes hace dos años dieron a los priistas quintanarroenses su primera gran sacudida, aunque de la mano de Carlos Joaquin, quien cargó con ellos.
Hoy esos partidos, PAN y PRD, volvieron a las pequeñas dimensiones que siempre han tenido en Quintana Roo.
Por lo pronto, deberán empezar un profundo análisis de los resultados de las elecciones si es que en algún momento planearon trascender y no ser sólo flor de un día.
Pero deben hacerlo fuera del contexto de que la sociedad fue injusta con ellos, como lo sostiene Eduardo Martínez Arcila, virtual diputado federal plurinominal.
La sociedad no es injusta. Solo le da a cada uno lo que le corresponde.
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