Ayer ya hablabamos de Lito Joaquín, en una entrevista amplia y sin concesiones, hoy les dejamos la sedunda parte.
Y, tocamos el tema de la familia Joaquín, y le pregunto sobre la
forma en que le ha afectado en su vida política actual, las diferencias que han
existido entre algunos miembros de este mismo apellido con el gobierno pasado y
actual. No es un secreto que existen esos “raspones” en la familia y él nos
responde. Las cuestiones del clan de los Joaquín como tú dices, pues si me ha
afectado en la forma, aunque no en el fondo.
Y es clarísimo en su descripción. Hay eventos en los que
declinamos participar algunos miembros de la familia, porque no quisiéramos ser
etiquetados. Hay lugares o momentos en los que prefiere uno no estar por
prudencia. Muchas veces para la opinión pública, no existen nombres ni
diferencias, solo existe el apellido Joaquín, no importa si eres Pedro,
Aurelio, Carlos, Gustavo o quien sea. Y eso no se vale. Pero aunque pareciera
grave el tratar de desmarcarse, yo creo –sin ninguna lectura de por medio-, de
que esta es mi vida, es mi carrera y por aquí voy y debo de encaminarme hacia
lo que creo.
Los asuntos entre Carlos (Joaquín) y el gobierno, de Gustavo
(Ortega Joaquín) y su cambio de partido, pues bueno, ellos también tendrán sus
razones, yo los respeto mucho. Obviamente creo que también hay algunas
cuestiones que uno tiene que decir en su momento, lo que está bien para ellos y
que al decidir finalmente, cada uno sabe que asume su responsabilidad con ello.
No soy partidario de hacer públicos mis asuntos y discusiones
familiares, yo soy Joaquín y nunca lo voy a negar, pero antes que nada, soy
Lito. Por eso, algo que siempre he agradecido y agradeceré a la familia, sobre
todo a mi abuelo Aurelio que en paz descanse y a mi tío Nassim, a quien tanto
admiro, quiero y respeto, es que siempre han dejado a sus hijos y a sus nietos,
que tomen las decisiones que consideren correctas.
Ahí esta Gustavo (Ortega Joaquín), que se cambio de partido
(PAN) y Addy, claro está. Yo creo que a nosotros nos enseñaron a trabajar,
trabajar y seguir trabajando, desde el lugar en que estemos.
Nos queda claro que para Aurelio, el amor, la unidad y la
fraternidad familiar, existe pero, no obsta para seguir cada uno su camino. Un
camino que, como el mismo menciona se siga para bien o para mal, pero por
decisión propia y de esta forma sea respetada.