La felicidad de un pueblo depende del buen gobierno: @LauraBeristain

Playa del Carmen, Q. Roo, a 28 de diciembre de 2017. La Diputada Laura Beristain Navarrete señaló que la felicidad de un pueblo depende del buen gobierno, y el buen gobierno de un conjunto de conocimientos en diversas materias, que permitan gobernar con prudencia y por el bien común de los gobernados. Un político y ciudadano sensato se toma muy en serio la felicidad de sus conciudadanos, porque al final la felicidad es -para muchos, el principal objetivo de la vida.
¿Cómo puedes ser feliz cuando tu salario no alcanza para cubrir tus necesidades básicas? ¿Qué grado de felicidad puedes tener si no tienes acceso a la salud y a la educación gratuita, a pesar de pagar impuestos? ¿Cómo puedes sentir bienestar cuando vives en una ciudad insegura, con calles plagadas de basura, con un deficiente servicio de transporte, trabajando horas extras, por un ingreso que no cubre tus expectativas, sin prestaciones, ni seguridad social, sin poder convivir con tu familia, y sin contar con espacios adecuados para el esparcimiento?
Ya en la Antigua Grecia, el filósofo Aristóteles concebía que la felicidad sólo se alcanza en la polis, es decir, en la comunidad, «entre los ciudadanos», cuando estos se encuentran en un plano de igualdad, y los dirige un fin común, y sólo un buen gobernante puede dirigir a la comunidad a un mismo objetivo real: el bienestar general.
Desde hace algunos años la ONU ha evaluado y plasmado en un ranking el nivel de felicidad de los países donde combina dos indicadores objetivos (PIB per cápita y esperanza de vida), con cuatro subjetivos, estimados a partir de una encuesta global: el apoyo social recibido cuando algo sale mal, la libertad para poder elegir sobre la propia vida, y las percepciones de corrupción y generosidad que hay en la sociedad. Actualmente, el ranking lo lidera Noruega, y los países de América mejor posicionados son Canadá (7mo) y Costa Rica (12vo).
Pero, ¿Qué ha hecho el país escandinavo para que sus habitantes sean los más felices del mundo? Noruega es un país igualitario, con una equidad de género representada en excelentes salarios y desarrollo social. Eso incrementa el sentimiento de ser parte del mismo barco y de trabajar para propósitos colectivos. Los servicios públicos son de excelente calidad, lo que facilita que las personas estén dispuestas a pagar impuestos y a contribuir. La gente no tiene que pagar para ser atendida en un hospital o para estudiar en la universidad, sino que estos servicios se ven cubiertos por la buena administración de los impuestos. Además de contar con un sólido sistema tributario redistributivo, en el que las contribuciones dependen del nivel de ingreso, pero benefician a todos por igual.

Cuando el gobierno Municipal, Estatal y Federal, entienda que la aplicación de los impuestos y de los recursos públicos deben ir directamente a cubrir las necesidades de la población, con servicios públicos administrados por el propio gobierno de manera eficiente, y no simulada, que permitan una mejor y verdadera calidad de vida, entonces los ciudadanos alcanzarán la felicidad, porque no estarán preocupados por conseguir lo básico, y dedicarán su tiempo a trabajar, a gozar disfrutando su vida y la de su familia, con el entorno natural y a contribuir permanentemente con la comunidad a la que pertenecen y les reditúa en la atención a sus necesidades elementales.
Los Gobiernos deben tener claro que el dinero de la comunidad lo ponemos todos a través del pago de impuestos y contribuciones, y que sólo son los administradores de los recursos para que éste se distribuya en los servicios elementales, y así lograr la reintegración y regeneración social por un mejor lugar para vivir, porque ya es tiempo de una vida mejor.

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