A propósito de Día de Muertos; la Leyenda del cerdo embrujado de Campeche

CAMPECHE: El Huay Kékén (cerdo embrujado), de acuerdo a la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

 

Hace unas décadas en la selva del municipio de Tenabo, Campeche, existían personas que solían hacer rituales malignos, como invocaciones al diablo, girar nueve veces sobre su propio eje al filo de la media noche para convertirse en animales.

 

Alrededor de las 22:00 horas, los jóvenes se reunían con sus amigos para irse de fiesta  y al sonar el último campanazo característico de la media noche todo terminaba, porque un animal muy grande y distinto a los marranos comunes, interrumpía la diversión con su espeluznante grito que penetraba en los oídos y hacía que los corazones se aceleraran.

 

Un día, dos jóvenes tomaron unas piedras y antes de la media noche se treparon en un árbol que se encontraba por el camino en donde el cerdo cruzaba para apedrearlo; al ver que el animal se aproximaba, le arrojaron los proyectiles, por lo que la bestia echó a correr entre los arbustos.

 

Los jóvenes pensaron que se habían librado del ser diabólico, sin embargo la noche siguiente regresó. Los ancianos del pueblo les recomendaron comprar cartuchos y  marcarlos con una cruz y por la noche colocar tres proyectiles en su carabina para tirar a matar cuando lo vieran; y así lo hicieron; los muchachos siguieron el rastro de sangre, pero desapareció entre el monte.

 

Al ir a desayunar a una fonda, los jóvenes se enteraron por una vecina, que el brujo del pueblo apodado «Cobá», había muerto por heridas de bala en la costilla y espalda. Desde ese momento, los muchachos supieron quién era la persona que se convertía en un cerdo gigante, para acechar y asustar a la gente.

 

 

CDMX: La Peña del Diablo

 

Se dice que en el paraje de la Peña del Diablo aparece entre los árboles una figura humana de color oscuro, llena de escamas, con una cola como de rata y con una lengua roja, muy larga.

 

Según cuenta José Luis Quezada Cuevas, combatiente de incendios forestales y jefe de brigada en Cuilotepec, no siempre puedes verlo porque se mimetiza entre los troncos y las ramas.

 

“De pronto sientes como tu cuerpo se eriza, su lamento es un chillido como de un bebé -así lo contaban los grandes-, aquí en el pueblo se escuchan muchas historias.

 

“Pero un día al estar con mi hijo en el bosque, cortando leña, sentí como comenzaron a caer hojas y algunas varitas, enojado le dije a mi niño que no era momento de jugar, que necesitábamos trabajar para llevar leña a casa. Quince minutos después, mi niño estaba quietecito y nada que hablaba, cuando lo miré estaba pálido y asustado.

 

“Me contó cómo aquel ser maligno del que hablaban los abuelos estuvo ahí entre los árboles.

 

Luego de la aparición los habitantes del pueblo colocaron una virgen en el lugar.

 

(Testimonio de José Luis Quezada Cuevas,  Jefe de brigada del campamento de Cuilotepec)

 

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Fuente: http://www.gob.mx/conafor/articulos/leyendas-de-los-bosques-mexicanos-parte-1?idiom=es

 

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