Los niños olvidados de la hotelería de Cancún ¿Hay malas madres?

Cuando llegan a Cancún los 4.5 millones de turistas anualmente procedentes  de Europa, Sudamérica,  Asia, o de Estados Unidos, Canadá y del interior del país, nunca se detiene a pensar que hay detrás de quien le atiende con una sonrisa, zapatos bajos,  falda o short, porque no se trata de un robot que cumple con brindarle la mejor atención. El esfuerzo de miles de mujeres las ha obligado a dejar a sus hijos en el olvido.

 

Ciertamente el turista no tiene la obligación de pensar en las condiciones de los empleados de la industria que ponen su pizca de arena para que Quintana Roo aporte cerca del 50% del Producto Interno Bruto en materia turística.

 

La hotelería por lo general paga extraordinarios sueldos a nivel directivo, gerencia, bell boys, pero no todo es mil sobre hojuelas para camaristas, jardineros, lavaplatos, etc. que tienen que aceptar sueldos que apenas alcanzan para pagar la renta o una vivienda de Infonavit, alimentación y educación.

 

La condición de pobreza que se vive en la hotelería de Cancún, no solo es por los bajos sueldos, sino por las condiciones en las que miles de empleados (principalmente mujeres) se ven obligadas a dejar  encargados a sus hijos en casa. ¿Es por falta de amor, falta de dinero, descuido?

 

El caso de Dulce, es una muestra de ello.

 

Recientemente la policía municipal, dio a conocer que “Tres menores de 12, 8 y 7 años edad fueron rescatados por elementos del Grupo Especial de Atención a la Violencia Familiar, GEAVI, cuando a las nueve de la noche del viernes se encontraban aún en las proximidades de una escuela en la Región 259”, aparentemente olvidados.

 

La explicación de la hermana mayor de 16 años fue que su madre (Dulce) tuvo que doblar turno en su centro laboral que se encuentra en la zona hotelera de Cancún, pero no fue por olvido, sino que encargó a una amiga que pasara a recoger a los menores a la escuela.

 

Cuando escuchamos que una madre abandona y deja olvidados a sus hijos la crítica es implacable sin tener el contexto, pero cuántas madres de familia diariamente tienen que pasar por la misma incertidumbre; trabajar para alimentar a sus hijos o quedarse con ellos. De acuerdo a la Secretaría de Turismo, las mujeres son las que más puestos de trabajo ocupan en la industria del ocio y descanso.

 

Los hechos se registraron este viernes 4 de noviembre a las 20:49 horas, luego que elementos de la Policía Municipal acudieron al auxilio solicitado en la avenida Palma Real, por el Dunosusa, cercano a la escuela Amado Nervo, en donde se encontraban los menores A.G.N.V., de 12 años de edad; Y.M.N.V., de 8 años de edad y J.G.N.V., de 7 años de edad, quienes no habían sido recogidos desde que salieron de la escuela.

 

Los pequeños aseguraron que no sabían la dirección de su domicilio, pero que sabían llegar, por lo que acompañados del personal del GEAVI, fueron trasladados hasta su vivienda en donde una de sus hermanas, de 16 años, A.N.N.V., los reconoció e informó que ya su progenitora tenía conocimientos de la situación, toda vez que tuvo que doblar turno en su centro laboral que se encuentra en la zona hotelera.

 

La mujer recibió a sus hijos, bajo la condición de firmar una carta responsiva de puño y letra,  comprometiéndose a tener más cuidado con ellos en lo sucesivo.

 

Finalmente esta historia, de miles de mujeres y de niños puede terminar dejando un sabor de boca “Dulce” donde el esfuerzo de las madres forme a ciudadanos con nuevas oportunidades que ellas no tuvieron, o sea una de tantas historias amargas de los niños olvidados de la hotelería que pueden terminar en las drogas y las malas compañías.

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