Naderías totales, crimen y castigo, escribe, Luciano Núñez

Por Luciano Núñez

Crimen y Castigo, del escritor ruso Fiódor Dostoievski, es una de las obras más gigantes de la literatura universal, cuya estructura narrativa ha sido fundamental desde su aparición en 1866. Desde el título el autor abre el apetito por conocer quién cometió qué crimen y qué castigo supuso tal acción. No se trata más que, en el fondo, un asunto entre el bien y el mal, la culpa y las motivaciones que originan el desenlace fatal que viene como un sello mismo de la obra.

Delirios de grandeza

A grandes rasgos, narra la vida de un joven estudiante instalado en San Petersburgo, quien debido a las carencias económicas que atraviesa su familia, se ve obligado a suspender sus estudios; ahí comienza a desencadenarse la tragedia y se topa con la casera – además prestamista- vil y despiadada, a quien decide matar para alcanzar la vida que cree mecer, ya atrapado por los aires de grandeza y delirios que lo llevan a compararse con Napoleón.

Generación perdida

En ese afán, no le queda más que matar la hermana de la mujer que presencia el asesinato. Esconde el arma y decide no hacer uso del botín para no despertar sospechas. Se trata de una obra mayúscula de Dostoievski que tiene mucho que ver con la serie de detenciones que se dieron en los últimos días, después de la dura caída de la “generación perdida” que terminó pagando con cárcel y destierro el haber saqueado las arcas públicas.

Más de 100 prófugos

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Roberto Borge AnguloErcé Barrón BarreraMauricio Rodríguez MarrufoPaulina García AchachCarlos Acosta Gutiérrez, son algunos de los imputados y suman alrededor de 100 prófugos. Lo llamativo de estos casos, es que todos son personas que cuentan con títulos universitarios, y quizás, algunos con maestrías y doctorados. Tantos las motivaciones de Raskólnikov –nombre del personaje del libro- como de los ex funcionarios que pagan con cárcel sus malas decisiones, tienen que ver con los medios para alcanzar la notoriedad que creen merecer. En el fondo, se trata de dinero o del valor que nuestra sociedad le da al dinero. Como si el prestigio de una persona dependiera del carro en el que circula de la ropa que viste y del tamaño de las fiestas que hace.

El escritor Fernando Savater, en Ética para Amador, dice que “las cosas que tenemos nos tienen ellas también a nosotros en contrapartida: lo que poseemos nos posee”.

Contrario a los rudimentarios pensamientos del personaje de Crimen y Castigo; los hoy presos se dedicaron a exhibir el dinero, sino además a encaramarse en nuevas campañas y carreras políticas que les permitieran volver a tener las llaves de los dineros públicos. ¿Qué está fallando ahí? Porque si no hay castigo seguirá habiendo crimen. Por el contrario, el castigo llega poco a poco y se trata de un excelente mensaje del gobierno de Carlos Joaquín González en esta búsqueda de justicia; el hecho de que se castigue el modus vivendi de esta generación de funcionarios que pensaron que nada pasaría si ganaba el mismo partido, que todavía se ríen cuando son detenidos y que actuaron como si no hubiera mañana.

Un mensaje y una lección

Crimen y Castigo plantea el sentimiento de culpabilidad del personaje y su búsqueda del amor mientras atraviesa el castigo. ¿Qué lección dejará esta generación?: En principio, que los actuales funcionarios deberán amar más a sus familias y pensar mejor si, por dócil obediencia, deben hacer algo que no está dentro del manual del buen servir.

El mensaje es bueno, “el poder es para servir y no para servirse”, pero lo más poderoso sería que los actuales servidores lo entiendan y tomen nota; que los recursos lleguen donde tengan que llegar y sea mejor vivir con la justa medianía juarista, que repensar la vida tras las rejas.

 

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Por Luciano Núñez (*)

(*) Es life coach, técnico y licenciado en Comunicación Social, con postgrado en Opinión Pública por FLACSO y diplomados en La Salle Cancún. Trabajó en El Siglo de Tucumán, Argentina; agencia EFE México, Luces del Siglo y Periódico Quequi. Fue director de Comunicación Social en Benito Juárez, Cancún.

Co-Fundador de Revista Dos Puntos y director general de Grupo Pirámide.

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