Los villanos también ganan las elecciones, escribe Luciano Núñez; No era penal

La simulación del delantero holandés, Arjen Robben, que nos dejó fuera del pasado mundial, y que dio pie para inmortalizar la frase: “No Era Penal”, y que a su vez, da título a este espacio de reflexión, nos demuestra que hay partidos en los que el villano gana.

Es parte del juego enfrentar resultado adverso, y a veces, ver cómo se alza con la dorada victoria quien apeló a las malas prácticas para hacerse del triunfo. Donald Trump, sin dudas, es un gran simulador que ha sabido interpretar el sentir del pueblo americano y ha sacado ventaja del profundo problema étnico que subyace en la cultura americana, donde la discriminación es una moneda tan popular como los McDonalds.

Era un partido difícil, claro está. Aquí van algunos momentos del partido.

Minuto 5. Desde el arranque Trump mostró juego agresivo y salió a atacar a los grupos minoritarios, algo que es común entre familias radicales, pero que se mantiene en un margen tolerable de secrecía que permite no quedar fuera de juego en asuntos raciales. Como Hitler alguna vez culpó a etnias enteras por la debacle económica, este jugador apuntó a Medio Oriente y México sus barridas. El juego rudo tiene sus fanáticos también.

Minuto 45. Hilary salió a buscar el voto latino, que no representa el grueso de los votantes, dado que sólo 25 millones son los que pueden votar, de una población de más 318 millones, de las cuales, votaron poco más de 120 millones. La clase media vio en ella muchas contradicciones y mentiras, como los cables que filtró Wikileaks. Incluso Florida, un estado latino, fue crucial terreno demócrata.

Minuto 60. Los Demócratas han pagado caros ciertos desajustes del sistema financiero y de política internacional. Una de las bases del discurso crítico de Trump ha sido el elevadísimo endeudamiento que ha contraído Barack Obama, con cerca de 60 billones de dólares. Y sobre todo, la sensación de la clase media es que ha sido castigada por las dos gestiones de gobierno.

Minuto. 90. Los electores querían un cambio frente a un gobierno que tenía todo para ganar y que supo llevar el juego, pero que no ha dado el medallero que todos esperaban. Recuérdese que la gestión Obana fue la que más deportados tuvo, y pese a las buenas intenciones, nunca se concretó la reforma migratoria. Sólo el Papa y su gestión para retirar el bloqueo a Cuba han redimido al líder saliente de su gobierno “cool”, pero sin el brillo que la clase trabajadora exige.

Después del partido perdido, todos somos unos genios analizando la derrota o la victoria; sin olvidar que la primera es dueña de nadie la segunda es de todos.

¿Qué hacer?

Frente a un mesiánico, demagogo y con gran poder, lo lógico es tener cautela. México deberá fortalecer su mercado interno; desde ahora están circulando muchas campañas en redes sociales para adquirir los productos nacionales;  pero no es recomendable continuar una animadversión innecesaria como la que se generó en la campaña y que sumó a millones de personas en contra del nuevo líder.

El mundo tiene ya sus contrapesos con bloques muy definidos y, más allá de hacer el muro (que creo sí lo hará), el Congreso de la Unión Americana no permitirá disparates de gran escala. Estados Unidos ha sido un país con gran economía, graves problemas raciales y un socio comercial que deberá seguirlo siendo en pos de los dos lados. Porque habrá otro mundial y siempre habrá oportunidad de jugar otro partido.

LUCIANO NUÑEZ3

Luciano Antonio Núñez

Es técnico y licenciado en Comunicación Social, con postgrado en Opinión Pública por FLACSO y diplomados en La Salle Cancún. Trabajó en El Siglo de Tucumán, Argentina; agencia EFE México, Luces del Siglo y Periódico Quequi, donde actualmente es coordinador en el Sur del Estado. Fue director de Comunicación Social en Benito Juárez, Cancún.

Co-Fundador de Revista Dos Puntos.

 

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