La advertencia de Acapulco, escribe Julio César Silva desde el Palco

Acapulco recuerda con melancolía la época en que marcó tendencia en la industria turística, cuando a sus playas fueron adquiriendo glamour con la llegada íconos del espectáculo y la política internacional.
Fotografías en blanco y negro enmarcados a gran tamaño adornan los pasillos del hotel Mundo Imperial, un moderno complejo con un gigantesco centro de convenciones y un centro de espectáculos para 4,000 personas en el que se desarrolló la inauguración del Tianguis Turístico que concluye este jueves.
Las fotos reflejan, describen una a una los años de bonanza de un destino turístico que en los últimos 15 años se vio en el centro de una guerra con el narcotráfico como figura central.
Aeropuerto de Acapulco
Los guerrerenses añoran sus ayeres y promueven lo que le llaman el renacimiento de Acapulco, en el que han contado con un fuerte apoyo del gobierno federal para la construcción y renovación de infraestructura, como el que no ha tenido el Caribe Mexicano en la última década.
Mientras a Cancún le posponen sus puentes sobre la laguna y los pasos a desnivel de la avenida López Portillo, con los que se mejoraría la movilidad del principal destino turístico del país, en Acapulco opera desde hace algunos años un túnel que le acorta distancias con otros puntos del sur de México y está en construcción otro de más de tres kilómetros.
Sin embargo, aunque aminoraron, los problemas de seguridad continúan y como consecuencia de ello volvió a cancelarse la llegada de cruceros, apenas jun mes después de que reiniciaron su arribo luego de varios años de no hacerlo.
Los estragos de la guerra del narco, de la delincuencia organizada en general, están a simple vista tan pronto se baja del avión en un aeropuerto que no ha registrado grandes modificaciones en varias décadas y que se está cayendo a pedazos.
Aunque el gobierno federal invierta grandes recursos en infraestructura, la inversión privada ha sido más conservadora. Los hoteles prácticamente no se han renovado y el aeropuerto apenas tiene un vuelo internacional hacia Estados Unidos.
En los años 90, cuando el principal problema e Acapulco era la contaminación de su bahía con aguas negras y los vendedores ambulantes, se decía que Cancún no debía “acapulquizarse”.
Desde entonces, Acapulco fue una especie de referente entre lo que debe y lo que no debe repetirse en el Caribe Mexicano. Justamente las consecuencias de la inseguridad es un riesgo que aquí no debemos correr.
Conservar el liderazgo internacional del Caribe Mexicano, mantenerse como referente de la industria turística del país es una tarea de todos, de una acción conjunta entre la sociedad y gobierno, más allá de colores partidistas.
El Caribe Mexicano debe evitar los caminos que llevaron a Acapulco a su actual situación, está a tiempo de prevenir con acciones eficientes e inmediatas un estancamiento económico como del que pretenden salir los guerrerenses.
Hay que aumentar la capacidad de gestión de gobierno y sociedad ante la federación para reactivar los proyectos de infraestructura que requieren los destinos turísticos quintanarroenses para apuntalar su desarrollo, en unos casos, y para eliminar focos rojos en aspectos como la movilidad.
No hay que ir hacia el estrangulamiento. Hay que evitar las áreas de turbulencia.
Hay que ver la advertencia que lanza Acapulco.
Platea
Los presidentes municipales deben tomar más en serio su papel de promotores de desarrollo en el municipio. Durante su campaña proselitista y en el texto de sus planes municipales de desarrollo presumen acciones para apuntar el turismo en sus comunas, pero en los hechos están ausentes.
En el Tianguis Turístico de Acapulco solo tuvieron presencia la presidenta municipal de Puerto Morelos, Laura Fernández Piña, municipio que debutó como destino en ese evento y los alcaldes de Benito Juárez e Isla Mujeres, Remberto Estrada Barba y Juan Carrillo Soberanis.
Por cierto, en la fiesta que ofreció el gobierno de Quintana Roo a los participantes del tianguis, el gobernador Carlos Joaquín González fue enfático al presentar a Carrillo Soberanis: “mi amigo”.
Luneta
El pabellón del Caribe Mexicano fue el menos vistoso de todo el Tianguis Turístico.
Correo: jsilva@palcoquintanarroense.com
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